Ante la pobreza extrema que vive una familia y no poder comprar una urna ni mucho menos alquilar un servicio funerario, se vieron en la necesidad de trasladar en carretilla el cadáver de un pariente hasta el cementerio municipal.

Incredulidad y estupor causó  entre los vecinos que veían al grupo de personas que seguían la carrucha donde llevaban el cuerpo sin vida del octogenario Sebastián Mujica.

Algunos comentaron que los últimos días de vida del anciano no fueron muy halagadores. Mujica sufría del mal de Parkinson y fue perdiendo capacidad mental y motora; causa por las cuales sus parientes cercanos lo dejaron en el abandono. Él vivía en el sector Monte Oscuro, centro del municipio Miranda, eje occidental del estado Carabobo.

Ante el abandono por parte de su entorno familiar, un gesto de caridad de una familia evangélica que reside en el barrio El Peñuzco se hizo presente y se lo llevaron a vivir con ellos.

Pero, ante la dificultad y la falta de dinero para adquirir los medicamentos que requería  Sebastián Mujica, éste murió en horas del mediodía del martes 27 de febrero.

Aún después de muerto, las penurias de Mujica continuaban, los evangélicos que lo acogieron y le atendieron los últimos días de su vida, también eran de bajo recurso y no tenían plata para comprar un féretro y poder enterrarlo.

De acuerdo a los vecinos que subieron contenidos en las redes sociales, se supo que ante esta dificultad los cristianos evangélicos se comunicaron los hijos y nietos del extinto.

Éstos comisionaron a varios miembros de la familia para pedir ayuda ante la Alcaldía del municipio Miranda, pero, ante la supuesta imposibilidad de contactar al Alcalde y no conseguir la ayuda para comprar una urna, esperaron la medianoche del miércoles para llevar el cadáver de sebastián Mujica hasta el cementerio municipal ubicado en el sector 23 de Enero, donde los enterraron.

De manera extraoficial se conoció, que cuando la familia pensó que todo estaba finiquitado, se les presentó una comisión de la policía judicial por cuestiones de averiguaciones.

Al parecer, los deudos de Mujica desconocían que para poder enterrar un cadáver, los deudos deben tener un acta de defunción.

 

Por otra parte, los pobladores de Miranda manifestaban su malestar a través de la redes sociales y a voz populi: “Cómo es posible que para fiestas propagandas políticas si hay plata, pero para un acto de caridad como este el Gobierno no aporta ni un centavo, ni nada de  ese famoso Petro”.

Traslado de cadáver en carretilla

Mientras que en Facebook un cibernauta mirandino escribió en su muro: “Xx, acaba de pasar un entierro por el frente de mi casa, y no creeran lo q les dire, el difunto lo llevaban en una carretilla x falta de una urna.. Dios mio esto es el colmo, de verga hasta cuando la miseria aumenta ds una manera mostruosa. Donde estan las autoridades competentes”.

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