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Sistema procesal penal venezolano

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Presos políticos -acn
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Sistema Procesal Penal Venezolano: Por José Luis Centeno S.- El Socialismo del Siglo XXI expone al profesional del derecho a episodios contradictorios, particularmente en materia penal; a la par de las reformas hechas al Código Orgánico Procesal Penal (COPP), se gestaron prácticas judiciales alejadas del propósito de este instrumento legal, tornando al Sistema Garantista en una frágil referencia de un deber ser, máxime en el caso de los presos políticos.

Ese despropósito es pues, a la vez, desafío y condición de posibilidad del pensamiento, realidad manifiesta en la obra “Sistema Procesal Penal Venezolano”, escrita por el abogado Leonardo Pereira Meléndez, un erudito jurista larense, aunque lo propio sería decir, caroreño, de verso sensible y verbo impetuoso, opuesto a las sinrazones de la vida y de la práctica jurídica.

La tendencia de este régimen de no creer en las leyes, “mucho menos en el Estado de Derecho ni en la justicia”, afirma opiniones de Pereira Meléndez: “el sistema adversarial acusatorio en Venezuela murió hace tiempo, y nadie ni siquiera le puso una vela”,  y lleva también a pensar su obra como algo abierto, donde se plantean problemas y preguntas que se cruzan y enriquecen unos a otros en favor del ejercicio profesional del derecho.

Desde una perspectiva académica, hablamos de una investigación rigurosamente documentada, propia de su condición de Profesor universitario, con citas doctrinarias de primer orden, pertinentes y variadas referencias bibliográficas, menciones a tratadistas patrios y foráneos, análisis jurisprudencial y conceptual, todo ello relacionado con el COPP “que nació antes de la Constitución vigente, y que nunca se ha aplicado a cabalidad”.

La lectura de la obra nos adentra en un sagaz contraste del sistema inquisitivo y acusatorio, denotando como este último, el nuevo sistema procesal venezolano, sabiamente caracterizado y explicado por el autor, en apariencia firme a partir de la entrada en vigencia del COPP, es avasallado por las rémoras del primero, dando lugar a los absurdos o abusos contenidos en decisiones judiciales, a nivel de todas las instancias, como expresión despótica de la justicia.

En línea con nuestros análisis sobre casos de presos políticos, capítulos tales como “LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA”, adquieren especial significación por la prolongación excesiva de la privativa de libertad, sin formula de juicio, a los presos políticos Lorent Saleh, Kamel Salame y Antonio José Garbi, y ante la muerte del concejal Fernando Albán y la privación de libertad de la médico neumóloga y abogada Maryuri Medina.

El capítulo “PRINCIPIOS Y GARANTÍAS EN EL PROCESO PENAL” constituye una clara advertencia de las “penas prohibidas en la Carta Política Fundamental” dentro “del ejercicio represivo del Estado”, “verbigracia la pena de muerte, la cadena perpetua, la tortura, la desaparición forzada, los tratos inhumanos, crueles o degradantes”, que aplicadas con total desparpajo admiten la omisión de “las demarcaciones a la coerción penal” instauradas en la Carta Magna.

Araminta González, Inés González Árraga, Marcelo Crovato, Villca Fernández, son sólo algunos de los ex presos políticos que pudiesen confirmar lo asentado por Leonardo Pereira Meléndez en relación al desconocimiento de las garantías procesales, en cuanto derechos reconocidos constitucionalmente, negados tanto a los hermanos Guevara como a los comisarios, Policías Metropolitanos y militares.

En el capítulo “LA DIFERENCIA ENTRE EL SISTEMA INQUISITIVO Y ACUSATORIO”, la descripción del sistema inquisitivo semeja la reseña de una grave realidad con riesgo de ser asumida con pasmosa normalidad, quizás por la alta ocurrencia de los vicios que le son intrínsecos en un contexto cargado de violencia e impunidad.

El caso del Diputado Juan Requesens, salta a la vista, también el de Rosa Virginia González, Vasco Da Costa, José Luis Santamaría, José Pérez Cisneros, José Alberto Marulanda y tantos otros vapuleados por quienes se comportan como Torquemada.

“EL COPP: MITOS Y REALIDADES”, un capítulo donde el autor expone cómo se han acentuado en el Sistema Judicial Venezolano los problemas que muchos pensaron se acabarían con la derogación del Código de Enjuiciamiento Criminal. Al respecto, es elocuente esta afirmación del escritor:

“…haciendo gala de una ilegalidad suprema, magistrados -con minúscula- niegan o conceden a su libre arbitrio, sin motivación o fundamentación alguna, lo que es obligatorio en pleno derecho: La libertad.”

En esta obra del dilecto amigo Leonardo Pereira Meléndez, la interpretación metodológica, constitucional y legal del nuevo sistema procesal penal venezolano, conduce a poner en contexto una realidad donde los abusos y aberraciones pugnan por superar la sapiencia y experiencia de los profesionales del derecho, exigiéndoles mayor claridad sobre la significación y alcance de leyes, doctrina, jurisprudencia y procedimientos a los fines de hacer frente a la ilicitud e inconstitucionalidad de decretos judiciales.

Nota al margen: Sistema Procesal Penal Venezolano, obra de Leonardo Pereira Meléndez editada y distribuida por la Librería Álvaro Novoa, C.A. se consigue en la sede de esta empresa en Caracas, a media cuadra de la Plaza Bolívar, también en Publicaciones Jurídicas El Litigante, diagonal al Palacio de Justicia de San Cristóbal, Estado Táchira.

[email protected] –  o Twitter @jolcesal

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Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

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Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión
Foto: Cortesía Luciano Rosso
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Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.

Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto.  Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.

Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba  en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí  estudió hasta cuarto grado que  era  lo que había para la época. “El que salía de la escuela,  o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.

Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas.  “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.

Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión

A sus 93 años, aún recuerda la historia local.

Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.

Cronista desde el 2011

De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.

En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.

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Cura herido

A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.

Entierros sin bendición

De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de  Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para  todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los  muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se  funda la población que en un principio se llamó Bejuma  de San Rafael”.

De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.

Con información de ACN/HM

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