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El hambre impune en Venezuela

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El hambre impune en Venezuela: Por GDA.- El hambre en Venezuela, lejos de todo lo conocido en América Latina, se mantiene impune, casi 7 de los 30 millones de habitantes pasan hambre; el país solo dispone de un tercio de los alimentos que necesita.

“El hambre creció impune durante 10 años, menguando a niños que ya enterramos, que se tuvieron que ir (hay una diáspora de 5 millones de personas) o que dejaron de crecer (según Cáritas, un tercio de los niños sufre retardo en el crecimiento y rezago cognitivo)”, acusa Susana Raffalli, una de las principales expertas en nutrición del país.

Venezuela vive una “crisis crónica y de instalación lenta”, que tras más de una década de políticas erradas, expropiaciones y corrupción se resume en 2 cifras aterradoras en medio de la emergencia humanitaria: casi 7 millones de sus 30 millones de habitantes pasan hambre en un país que hoy solo es capaz de disponer de un tercio de los alimentos necesarios para satisfacer las necesidades básicas.

Todo comenzó con la Ley de expropiación de tierras promulgada por Hugo Chávez en 2007

Todo comenzó con la ley de expropiación de tierras promulgada por Hugo Chávez en 2007, que sumada a los cambios en el modo de producción buscaban el control social soñado por el “comandante supremo” para eternizar su revolución bolivariana. El efecto colateral fue otro: se horadó el sistema alimentario de un país en el que 80% de su población reporta ingresos insuficientes para acceder hoy a la canasta básica alimentaria.

A la ecuación revolucionaria se le comenzaron a descuadrar los números desde el primer día. El resultado hoy es una hipérbole de tal tamaño que cuesta creerlo: una familia necesita 65 salarios mínimos mensuales simplemente para alimentarse, indica el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.

En total son 2.625.000 bolívares (lo que equivale a 328 dólares) cuando el salario mínimo es de 40.000 bolívares, y solo se cobran 5 dólares mensuales, a la espera de nuevos aumentos gubernamentales y del descuento de la irrefrenable hiperinflación.

“El hambre creció impune durante 10 años, menguando a niños que ya enterramos, que se tuvieron que ir (hay una diáspora de 5 millones de personas) o que dejaron de crecer (según Cáritas, un tercio de los niños sufre retardo en el crecimiento y rezago cognitivo)”, acusa Susana Raffalli, una de las principales expertas en nutrición del país.

Expropiaciones de empresas y nacionalizaciones en el campo, con la consiguiente caída de la producción, la disminución de la oferta alimentaria que acabó convirtiéndose en escasez, la dependencia de las importaciones y el proceso inflacionario que todavía aterra a los venezolanos se fueron sumando como factores clave para llegar al hambre de hoy. Todos ellos incluidos en un esquema de corrupción que devoró decenas de miles de millones de dólares y que ha llevado a Estados Unidos a sancionar a tres hijastros de Nicolás Maduro y también a quien creen que es su testaferro (el empresario colombiano Alex Saab), así como al general Carlos Osorio, quien estuvo al frente del Ministerio de Alimentación, y al ex ministro Freddy Bernal, entre otros muchos.

“El componente nacional del sistema alimentario venezolano llegó a cubrir más del 70% de la demanda agregada de alimentos, hasta que comenzó la estatización y la corrupción con las importaciones”, profundiza Raffalli para salir al paso de las últimas apreciaciones del presidente de la FAO, José Graziano da Silva, empeñado en disculpar a su organización de la estrecha relación mantenida durante años con el gobierno de Caracas.

“Tenemos un país que debería disponer de 36 kilos de alimentos por mes y persona, distribuidos en 87 rubros, y solo se consiguen 13 kilos concentrados en 6 rubros. Una persona, de acuerdo con la dieta prototipo nacional, debería consumir 75 gramos de proteína por día y hoy consume apenas 18 gramos”, constata Edison Arciniega, director ejecutivo de Ciudadanía en Acción.

Este activista mantiene que la crisis nutricional es un iceberg en el que solo se ven la falta de abastecimiento y la desnutrición, pero que por debajo esconde una falla estructural de todo el aparato productivo: la agroindustria solo suministra 8,1% de su capacidad instalada (170.000 toneladas métricas de 2,1 millones posibles). El derrumbe revolucionario se ha llevado por delante las maquinarias (el déficit de repuestos y de nuevos equipos es de 92%), el sistema de transporte de carga (solo funciona 23%), la capacidad portuaria (4 barcos mensuales), el agro animal (reducción del 63%) y el agro vegetal (caída del 77%).

ACN/GDA/LA NACIÓN ARGENTINA

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Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

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Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión
Foto: Cortesía Luciano Rosso
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Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.

Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto.  Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.

Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba  en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí  estudió hasta cuarto grado que  era  lo que había para la época. “El que salía de la escuela,  o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.

Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas.  “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.

Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión

A sus 93 años, aún recuerda la historia local.

Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.

Cronista desde el 2011

De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.

En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.

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Cura herido

A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.

Entierros sin bendición

De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de  Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para  todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los  muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se  funda la población que en un principio se llamó Bejuma  de San Rafael”.

De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.

Con información de ACN/HM

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