Opinión
José Luis Centeno: En defensa de los Guevara

La sentencia que condenó a los primos Rolando, Otoniel y Juan Guevara cumplir una pena de prisión interminable, se acordó en un Conciliábulo, el mismo donde se decidió la muerte de un Fiscal del Ministerio Público que soñaba con ser Embajador en el Reino Unido y donde fueron calificados como los candidatos perfectos a quienes echarle ese muerto encima, cuando los tribunales dictaron sentencia, solo se prestaban para un montaje, remachaban perpetuos días en la cárcel y apenas comenzaba la labor titánica de la Dra. Jaqueline Sandoval para desmontar la farsa que al día de hoy es innegable.
Rolando, Otoniel y Juan fueron detenidos en noviembre de 2004. Detenidos por demás ilegalmente. Juan Bautista Guevara Rodríguez, fue privado de su libertad el 20 de noviembre de 2004, fecha en la cual fue secuestrado en su residencia por funcionarios policiales, desaparecido por una semana, drogado y torturado, posteriormente hacen ver que fue aprehendido en posesión de armas, en el estado Portuguesa y puesto a la orden de Tribunales en fecha 27 de noviembre.
Desde el 23 de noviembre personas no identificadas mantuvieron a Rolando y Otoniel por 3 días desaparecidos y abandonados en el Estado Carabobo, donde fueron objeto de un presunto rescate de un secuestro, por parte de efectivos de la Guardia Nacional, fueron presentados posteriormente ante el Juzgado 34 de Control del Área Metropolitana de Caracas, en fecha 26 de noviembre, donde les fue dictada medida privativa de libertad, sin haber sido impuestos de sus derechos ni imputados con anterioridad.
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Rolando y Otoniel Guevara Pérez fueron objeto de condena previa por parte del para entonces Ministro de Relaciones Interiores, Jesse Chacón; Director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, Marco Chávez; el Director General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, Eduardo Torres; con anuencia del ex Fiscal General de la República, Julián Isaías Rodríguez Díaz, quienes ordenaron sus muertes. Y no fueron ejecutadas por los subalternos, por respeto a su trayectoria y liderazgo dentro de su cuerpo policial.
Actualmente, se encuentran en la sede de El Helicoide del SEBIN, cumpliendo sentencia condenatoria de 27 años 9 meses de prisión, por el delito de Homicidio calificado, siendo su única conexión con el caso, llamadas anónimas, un cruce de llamadas entre primos, hermanos y compañeros de trabajo, un incidente de tránsito de Juan Bautista Guevara Rodríguez en las inmediaciones de IUPOLC, la noche del asesinato de Danilo Anderson y las declaraciones de Giovanni Vázquez y Alexis Peñuela, falsos testigos incluidos en forma irregular al proceso y protegidos por el Ministerio Público.
Los hechos por los cuales se les acusa ocurrieron el 18 de noviembre de 2004, fecha en la cual muere por medio de una explosión el Fiscal del Ministerio Público Danilo Anderson, en esa misma fecha y a escasos momentos de producirse el mencionado evento, el ex Fiscal General de la República Julián Isaías Rodríguez, sin ni siquiera tener certeza de quien era la persona muerta señala que fue un acto terrorista en contra del FiscalAnderson.
Aun cuando se trata del mismo caso, homicidio de Danilo Anderson, el Ministerio Público seccionó el expediente en un caso por imputado, por lo tanto existen 7 averiguaciones aproximadamente, y no todos tienen las mismas actuaciones ni hay acceso a ellas por parte de los otros abogados, pero precisamente por existir tal procedimiento se verificó el fraude procesal realizado por los Fiscales donde un mismo testigo Giovanni Vázquez dio varias versiones de un mismo caso, en fechas distintas y cambiando los presuntos responsables, fechas y sitios donde se suponía ocurrían las reuniones para planificar la muerte del Fiscal.
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Existe además, la denuncia-confesión que efectuara Hernando Contreras, uno de los fiscales actuantes, así como la del propio Giovanni Vázquez, donde manifestaron que había irregularidades en la declaración de este último y que los Guevara, así como los otros imputados por el asesinato del Fiscal, no tenían nada que ver con el mismo.
En el presente caso se ha violado en forma reiterada la presunción de inocencia, el debido proceso, el derecho a la defensa, igualdad de las partes, ser juzgado por sus jueces naturales (tribunal con escabinos), existió fraude procesal por parte del Ministerio Público, así mismo se agotaron todas las instancias nacionales, sin que ninguno de los jueces actuantes decidieran en forma motivada, argumentada ni ajustada a la ley.
Antes del caso Anderson, el Ministerio Público ya había llamado a declarar a Rolando y Otoniel Guevara en los siguientes casos: Montesinos, Los Paracos de la Hacienda Daktari, las explosiones de La Embajada de España y Consulado de Colombia, Los pistoleros de Puente Llaguno, por lo cual fueron allanadas sus oficinas, es decir eran los sospechosos habituales de la Fiscalía para cada caso emblemático, aun cuando ya tenían dentro de su investigación nombres y responsables definidos no perdían la oportunidad de vincularlos en tales hechos.
Desde el año 2011 estos tres presos políticos han podido acceder a las medidas alternativas al cumplimiento de la pena, y sin embargo el Ministerio de Asuntos Penitenciarios hace caso omiso a los requerimientos del tribunal de realizarles los exámenes psicosociales requisito fundamental para el otorgamiento de los mismos.En el caso particular de Rolando Guevara se ha solicitado en cinco oportunidades una Medida Humanitaria por las distintas dolencias que ha venido padeciendo desde el 2010 y el Tribunal 6 de Ejecución está en mora con la citada decisión.

Opinión
La plaza salvador Montes de Oca en Guaparo fue profanada

Un lugar emblemático de la ciudad, como lo fue desde el día en que en el año 1977 el alcalde Paco Cabrera inauguró la plaza, enmarcada en los 75 años de la Arquidiócesis de Valencia, con la estatua del ilustrísimo segundo Obispo de Valencia, Monseñor Salvador Montes de Oca, ejecutada por el escultor Antonio Rodriguez del Villar, a manera de honrar la memoria del Obispo mártir, quien está en vías de beatificación por su labor eclesiástica en defensa de la acción episcopal de la iglesia católica. La plaza ocupa una hectárea de terreno donada por el empresario Rafael Yanez Gordil.
Su nombre ha sido profanado de una manera infame por el gobernador Rafael Lacava, al sustituir la toponimia del lugar por la del vampiro Drácula, desplazando la estatua para colocarla lejos de su pedestal original, al lado de una placa publicitaria del régimen que él apoya. A la entrada de la plaza, en las rejas que la cercan, el nombre de Drácula Kids se retrata cerca de la cara sonriente de Lacava y de la foto a color de Nicolás Maduro, vestido de Superman, lo cual es una bofetada a la ciudadanía valenciana, que esperaba la recuperación de la plaza y la restauración de la estatua por parte de la municipalidad. Ya no es aquella hermosa plaza sombreada por altos árboles, bajo los cuales los ambientalistas caminában para respirar aire puro y ejercitar el cuerpo, viendo el rostro de Monseñor Montes de Oca en la imponente estatua, al tiempo que elevában una oración al Cielo por su pronta beatificación.
En el año 2022, una afrenta sufrimos los valencianos al ver en la entrada de la plaza en la Avenida Bolívar Norte, el castillo de Drácula abrir las puertas a los visitante acompañados por niños que juegan montados en los aparatos al estilo de los de los parques de atracciones, en varios de los cuales hay que pagar. Hay puestos de comida registrados bajo la marca comercial Drácula. Franelas, vasos, gorras, con la figura del vampiro, están a la venta.
En días pasados la periodista Carolina González, Jefe de Redacción del diario “El Carabobeño”, cuya edición impresa dejó de publicarse por los altos precios del papel, lo que dicho sea de paso no dejamos de lamentar, escribió el excelente texto “Valencia Vs Drácula” o La Identidad Perdida de una Ciudad. Drácula y Superbigotes son los alter ego de Rafael Lacava y Nicolás Maduro, que intentan borrar los íconos del pasado propios de la identidad del valenciano, para sustituirlos por los suyos propios de la supuesta revolución del s. XXI, que pretenden perpetuar bajo la sombra oscura del vampiro Drácula.
Con detenimiento he tenido ocasión de leer la biografía del Obispo Montes de Oca, en los cuatro libros que conservo escritos por relevantes historiadores: Juan Correa, tituló el redactado por él: “Inefable Monseñor”, texto que conmueve el alma por el profundo análisis de la vida del venerable Prelado. “Montes de Oca, el Obispo Mártir”, escrito por Ricardo Mandry, Douglas Morales y Simón Salvatierra, quienes siguen las injusticias de que fue víctima el Sacerdote, desde la férrea dictadura del general Juan Vicente Gómez, cuando lo desterró en 1929, al oficiar en la misa del Jueves Santo a favor de los presos políticos que sufrían en las cárceles. La breve biografía de Monseñor “Camino a los Altares”, escrita por Mons. Baltazar Porras Cardozo es un sentido homenaje a la figura cimera del episcopado patrio del s. XX. Y el voluminoso texto “Acción Episcopal de Monseñor Salvador Montes de Oca”, escrito por el Presbítero Luis Manuel Díaz, quien es Individuo de Número de la Academia de Historia del estado Carabobo y Director del Archivo Eclesiástico Monseñor Gregorio Adam. En su destierro ingresó a la Cartuja de Farneta, ofreciendo su vida por la santidad de los sacerdotes. Murió fusilado por los miembros del ejército nazi el 6 de Septiembre de 1944 en Italia.
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