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Levanto mi voz por la vida

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Voy a referirme a los que mueren sin haber nacido. Los defensores del aborto han procurado cubrir su naturaleza criminal mediante terminología confusa o evasiva, ocultando el asesinato con jerga como “interrupción voluntaria del embarazo” o bajo conceptos como “derecho a decidir” o “derecho a la salud reproductiva” o “despenalización del aborto provocado en caso de violación o incesto” pero ninguno de estos artificios del lenguaje, sin embargo, pueden ocultar el hecho real que el aborto es un infanticidio. Es la muerte de un niño o niña en el vientre de su madre procurada de cualquier manera: doméstica, química o quirúrgica durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación hasta el momento previo al nacimiento.

Autorizar el aborto, con cualquier excusa, sería violar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece en su artículo 43 que el derecho a la vida es inviolable, por lo cual ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna podrá aplicarla.

La despenalización del aborto provocado significaría el abandono de un valor ético fundamental en todo ordenamiento jurídico y en toda convivencia social. Todo ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos como persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente, y en este caso indefenso, a la vida.

Desde el punto de vista religioso, Dios nos demuestra que considera al niño en el útero una persona (Jeremías 1-4,5): “Vino pues, la palabra del Señor a mí, diciendo: antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué”.

Los versos de Proverbios 24: 11,12 son especialmente significativos, pues perfectamente se pueden aplicar a los niños por nacer, a los que no tienen más
defensa que nuestra conciencia cristiana. Dice la Biblia: “Salva a los condenados a muerte; libra del peligro a los que están a punto de morir. Pues aunque afirmes que no lo sabías, Dios, que conoce todos los corazones, conoce el tuyo y sabe que estabas enterado; El pagará a cada uno según sus obras”.

Igualmente desde el punto de vista psíquico y moral las madres que recurren al aborto generalmente desarrollan un problema psicológico grave porque nunca se pueden quitar de la mente, del corazón, y de su alma, el delito de haber matado intencionalmente a su propio hijo. Considera Juan Carlos León Berastegui, que el tema es tan delicado que no debe dársele matiz político, y debe tratarse sólo desde el punto de vista humano, ético, psíquico, legal, social y religioso. No pienso polemizar sobre el tema, pues ésta es mi opinión, pero si hago un llamado a la conciencia de los ciudadanos y ciudadanas ante la pretendida legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Levanto mi voz por la Vida.

Opinión

Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Opinión
Foto: Cortesía
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La iglesia católica explica el origen, el significado y el por qué se conmemora el Jueves Santo en Semana Santa.

Según el portal As.com, este día se comienza el Triduo Pascual, el periodo durante el cual la liturgia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.

La Última Cena

En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración; en el huerto de Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena es el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos; antes de su muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.

Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

Los Evangelios narran asimismo que durante esta reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos sus compañeros. Un gesto que para la Iglesia es un símbolo de entrega a los demás. No obstante, el momento más relevante de la Última Cena; es el que la Iglesia considera como la institución de la Eucaristía; uno de los siete sacramentos para los católicos.

Institución de la Eucaristía

Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él; porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él; porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna. Que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

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Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.

De esta manera, la misa del Jueves Santo se consagra al éxito en la muerte de Cristo, que habría dado su vida para salvar a la humanidad de sus pecados. Según detalla la agencia de noticias católicas Aciprensa, esta fecha se debe celebrar “lo más solemnemente posible. Los cantos,  mensajes y los signos, no debes ser ni tan festivos; ni tan jubilosamente explosivos como la Noche de Pascua”.

Con información de ACN/As.com

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