Opinión
Represión, dilaciones y prisión preventiva excesiva (I)
Represión, dilaciones y prisión preventiva excesiva (I): Por José Luis Centeno S.-
Zulay Moreno, enérgica y decidida, exige “justicia oportuna”; para su único hijo, Erickvaldo José Márquez Moreno; desde que una comisión del CICPC cargó con él aquel miércoles 13 de septiembre de 2017; tras irrumpir y quitarle la tranquilidad a ese hogar merideño; iniciando la transgresión de garantías constitucionales y procesales acentuadas en tres años de injusta prisión.
Detención. Así calificaron tal atropello, convalidado en sede jurisdiccional. Después de 5 meses del hecho atribuido a Erickvaldo; imposible hablar de flagrancia, y ante el procedimiento del 13/09/2017 sin Orden de Aprehensión; todo apunta a un secuestro interminable por efecto de dilaciones indebidas; comenzando por el acto conclusivo, una acusación fiscal, consignada extemporáneamente.
Erickvaldo José Márquez Moreno; estudiante de la Escuela de Educación de la Universidad de los Andes (ULA); Mención Educación Física, Deporte y Recreación; se convirtió en preso político a la edad de 24 años en un contexto de “represión criminal”; confirmado por el “Informe de la misión internacional independiente; de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela”; presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el 15/09/2020.
290 detenciones arbitrarias
En ese contexto, “al menos 290 detenciones arbitrarias, realizadas sin orden de aprehensión y sin flagrancias” registró el Observatorio de Derechos Humanos de la ULA (ODH-ULA) entre abril y octubre de 2017, “detenciones bajo engaño”, ¿la causa?, participar en protestas sociales pacíficas o en el denominado “plantón nacional”, derivando en encarcelaciones y acusaciones sin pruebas, como es el caso de Erickvaldo.
Entre el 24 de abril y el 30 de julio de 2017, “15 personas fueron asesinadas en cinco municipios del estado Mérida, en el marco de las protestas sociales en contra del gobierno nacional”, murieron como resultado de la aplicación de un “patrón de violaciones de derechos humanos” existente en Venezuela desde el año 2014 y profundizado en 2017, particularmente en el estado Mérida.
Patrón “consistente en la actuación coordinada de cuerpos de seguridad del Estado y grupos paramilitares o los llamados ´colectivos´” en la “represión criminal” de manifestantes, generando muertes, incluso en las filas oficialistas represoras, que permanecen impunes en razón de inocentes imputados, en su mayoría jóvenes, estudiantes y líderes políticos de oposición, conforme a una lógica bizarra develada en el 45º periodo de sesiones del Consejo de Derechos humanos de la ONU.
Ejemplo de privación de libertad
El caso de Erickvaldo es el vivo ejemplo de “la privación de libertad como forma de castigo por manifestar”, en virtud de ser “detenido” y permanecer privado de libertad sin pruebas, con un juicio en el cual no se aprecian avances significativos luego de los 17 meses que tardó el Tribunal Quinto de Juicio del Circuito Judicial del estado Mérida en iniciar el debate oral y público.
Sin entrar en mayores reparos, el retardo procesal existente en la causa penal seguida a este joven estudiante denota irregularidades insalvables, y, por si fuera poco, las utilizan para justificar su extensa, inhumana e irracional prisión preventiva, confirmando que el pasado domingo 13 de septiembre cumplió tres años preso sin que exista prueba alguna que lo involucre en los hechos de los que se le acusa.
El calvario y humillaciones vividas por Zulay, Erickvaldo, su abuela y el resto de la familia, junto al equipo del ODH-ULA a cargo de la defensa del estudiante uladino, tienen en los “cúmulos probatorios presentes en el caso” su punto de quiebre en cuanto perjuicios sin razón de ser, imprimiendo gravedad a los derroteros punibles de los operadores de justicia que los ocasionan.
Este caso, como el de cualquier preso político, se inserta en la política represiva estatal, explicando la negación de justicia, haciéndola tardía, ilusoria, siempre en el ánimo de escarmentar a un alto costo para quienes como Erickvaldo son avasallados por una noción de culpabilidad que, cual hierro candente, deja en la sociedad venezolana la marca de la injusticia.
ACN/@jolcesal
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Opinión
Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma
Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.
Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto. Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.
Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí estudió hasta cuarto grado que era lo que había para la época. “El que salía de la escuela, o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.
Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma
En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas. “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.
Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.
Cronista desde el 2011
De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.
En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.
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Cura herido
A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.
Entierros sin bendición
De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se funda la población que en un principio se llamó Bejuma de San Rafael”.
De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.
Con información de ACN/HM
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