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“Talía”

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“Talía”: Por Josue D. Fernández A.- Resultaría muy cuesta arriba, a veces de hasta 100 años, el regresar a la realidad después de un hechizo ocasionado con pinchazo del dedo, mediante un huso, según relato del 1634; o por maleficios de ocultismos quizás menos antiguos con perforaciones de alfileres a muñecos; o por sugestiones, encantos y rezos de santeros, de paleros, o de otros rituales esotéricos, atribuidos estos últimos a supuestas causas del dominio castro-comunista en Cuba por seis décadas, y en Venezuela que ya va por dos.  Por ahí ronda la vieja sospecha, según la cual la magia negra contra venezolanos fue sembrada con invocación a las llamadas “tres potencias”, impresas en el papel moneda aprovechando las tramas de los en-conos monetarios de bolívares “fuertes” y “soberanos”.

Por una y otra causa, el panorama es de cuentos casi interminables, y habrá que volver a Talía para explicar que su nombre corresponde aquí al del personaje principal de la narración de  “La bella durmiente del bosque” tal se le conoce ahora, escrita por Giambattista Basile, incluida en la recopilación titulada “Pentamerón”; pero la condena a 100 años de sueño constituiría un aporte distinto de la versión para todo público de Charles Perrault, dentro de la colección de  “Cuentos de mamá oca, o gansa”, de 1697.  La intranquilidad −actual−, por esos 100 años que pasaría dormida Talía, es que también el reino entero le acompañaría en su mala suerte, y esa posibilidad contada en la ficción  se haría como advertencia para no causar sorpresas en el mundo real,aunque ha resultado lamentablemente sorda para desprevenidos.

Es imposible imaginar cómo resistir un siglo de letargo, a no ser en presencia de algo adicional como una musiquita de fondo por ejemplo, que extienda ese sopor. Así se entendería la gastada oferta del comunismo/socialismo s. XXI (Fidel Castro Agosto 8 ‘10), para dar la impresión de abundancia cuando están agotados los sitios para la campante escasez, pero repitiendo hasta el cansancio que son “cosas maravillosas”, a la espera de efectos prolongados y masivos del alelamiento. “Tú me acostumbraste” del cubano Frank Domínguez, relata una aproximación a esa enfermedad, cantada por Tania Libertad, nacida en Perú con nacionalidad mexicana, y  a 4 días de celebrar sus 66 años.

La resaca de “Tú me acostumbraste”, al final de un sueño idílico, cuando sale la verdad de los hechos que no duran para siempre, es lo que más trastorna hoy al recorrer cualquier calle de Venezuela. Las vías públicas se riegan en su mayoría de desechos de hogares, tiendas, bares, restaurantes e industrias, en contenedores rotos a la fuerza −agravada la situación por ausencias y retrasos de unidades recolectoras−, en los que se disputan un malogrado botín las aves carroñeras, las ratas, los perros, y también niños, adultos y ancianos en situación de extrema pobreza, en busca de sustentos. En ese escenario, dos recién nacidos han sido abandonados en la primera quincena de octubre, por madres desesperadas.

Una catástrofe se aproximaría, con la salud en peligro, en la cercanía de epidemias, carente la población de medicinas, hospitales y médicos para atender incluso percances cotidianos, y a costos fuera del alcance por hiperinflación y devaluación. En el mismo marco, la alimentación de quienes poseen mermadas condiciones para entrar a mercados y abastos, dependiendo de forma aleatoria de la llegada racionada de víveres de bajo precio, y de un inventario que satisfaga a la fila de personas reunidas desde la madrugada,  esperando bajo el sol y la lluvia.

Talía, la del cuento de “La bella durmiente del bosque” despertó a los cien años como si nada hubiera pasado, tras el beso de su príncipe salvador. Las probabilidades de que se repita esa fantasía son totalmente inadmisibles, empeoradas con la decadencia de la salud y la alimentación de los venezolanos que sufren una creciente amenaza sobre las nuevas generaciones; y para colmo, sus padres aún creerían en príncipes o mesías. Todavía se puede gritar al país completo “No lo dejes morir”, como en el canto “Al Norte del Sur” de Franco de Vita. ¡Volveremos!

Ensayo audiovisual para público de pregrado, disponible en la voz del autor, en colección de Josué D. Fernández, con temas musicales editados, más cortos, al pinchar en:

El artículo adosado forma parte de “Experiencias Mayores”, encartado del programa “Estamos en el Aire”, a las 4:30 de la tarde, cada sábado. Breve espacio editorial ligero, canal de catarsis del desconcierto de su autor, con música a propósito del asunto que trata, entrevista y  gotas de humor.  Por http://www.radiorumbos670am.com.ve/, en cuya discusión los interesados pueden tomar parte por los teléfonos +58 212 284.04.94 y 285.27.35, o mediante mensajes directos por Twitter, a Josué Fernández, @jodofeal, por canal personal de YouTube, o aquí en  www.comunicadorcorporativo.blogspot.com

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

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Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Opinión
Foto: Cortesía
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La iglesia católica explica el origen, el significado y el por qué se conmemora el Jueves Santo en Semana Santa.

Según el portal As.com, este día se comienza el Triduo Pascual, el periodo durante el cual la liturgia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.

La Última Cena

En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración; en el huerto de Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena es el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos; antes de su muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.

Jueves Santo: origen, significado y por qué se conmemora en Semana Santa

Los Evangelios narran asimismo que durante esta reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos sus compañeros. Un gesto que para la Iglesia es un símbolo de entrega a los demás. No obstante, el momento más relevante de la Última Cena; es el que la Iglesia considera como la institución de la Eucaristía; uno de los siete sacramentos para los católicos.

Institución de la Eucaristía

Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él; porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él; porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna. Que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

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Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.

De esta manera, la misa del Jueves Santo se consagra al éxito en la muerte de Cristo, que habría dado su vida para salvar a la humanidad de sus pecados. Según detalla la agencia de noticias católicas Aciprensa, esta fecha se debe celebrar “lo más solemnemente posible. Los cantos,  mensajes y los signos, no debes ser ni tan festivos; ni tan jubilosamente explosivos como la Noche de Pascua”.

Con información de ACN/As.com

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