El pasado martes, la viróloga Li-Meng Yan, mejor conocida por ser la doctora que huyó de su país (vía Hong Kong) temiendo por su vida y que hace meses anunció tener evidencias sobre el origen artificial del SARS-CoV-2 (COVID-19), ha publicado un estudio científico en la revista independiente Zenodo.

La extensa investigación publicada, pretende mostrar evidencias respecto a que el virus causante de la pandemia fue creado artificialmente; mediante técnicas normalmente utilizadas en laboratorios genéticos.

En el estudio, que fue publicado en la revista científica independiente Zenodo; la doctora Li-Meng junto a tres colegas mas que se atribuyen la autoría de la investigación, afirman que el SARS-CoV-2 fue creado artificialmente; usando como plantilla un tipo de coronavirus que ataca a los murciélagos, una variante conocida como ZC45.

La publicación, presentando datos genéticos y similitudes proteicas que indican la repetida modificación y recombinación de la cepa ZC45 en laboratorios; hasta lograr el producto final: el SARS-CoV-2.

La versión originalmente publicada en la revista Zenodo (inglés), puede consultarse en este enlace.

Viróloga china publica estudio que pretende demostrar el origen artificial del COVID-19

De acuerdo a la investigación dirigida por la doctora Yan, las modificaciones que recibió el genoma del coronavirus original ZC45 (de origen natural); le permitieron a sus descendientes desarrollar dos habilidades: 1) contagiar humanos, y 2) hacerlo de una forma extremadamente efectiva.

Comparando secuencias del genoma de varios tipos de coronavirus “naturales”; la doctora ha logrado identificar ciertas cadenas genéticas que le permiten aseverar que el COVID-19 no tuvo “un origen natural”.

El estudio, muestra que la modificación genética de las dos mitades de proteína Spike presente en la “corona” del virus (S1 y S2); permitieron que las versiones beta del ZC45 pudiesen acceder de forma altamente efectiva en células huésped de la mucosa humana.

En la sección 1.2 del estudio (quinta página), el grupo de investigadores afirma que: “El tipo de unión de receptores de proteínas presentes en la Spike del SARS-CoV-2; no provienen de la naturaleza y parecen haber sido creadas mediante técnicas conocidas de ingeniería genética”.

La similitud genética entre el SARS-CoV-2 y la variante de coronavirus conocida como ZC45 es la punta de lanza en la investigación presentada por la virólogo Yan Li-Meng. Gráfico: Cortesía/ Zenodo.

Un coronavirus artificial

De acuerdo a Li-Meng, las proteínas conocidas como Spike (Espina) que decoran el exterior del virus y justamente le dan forma de “corona” (de allí su nombre común); juegan un papel crucial en la forma como este interactuá con la células huésped.

La investigación advierte que, el COVID-19 comparte muy pocas características con las anteriores variantes de coronavirus capaces de infectar humanos (SARS-CoV y MERS-CoV); cuyo origen es claramente zoonótico (por evolución natural).

Adicionalmente, la mitad de las proteínas presentes en el Spike del SARS-CoV-2 poseen todas las características presentes en el ZC45, como si este último hubiese sido “editado” para incluir la “capacidad” de infectar a los humanos; de una manera tan increíblemente efectiva como ocurre en las colonias de murciélagos.

El estudio afirma que esta “es la prueba irrefutable de que la interacción de proteínas RBM con la proteína Spike del SARS-CoV-2 es un producto de manipulación genética”.

“Ruta de ingeniería genética” que consta de 4 pasos y que presuntamente habrían utilizado los creadores del SARS-CoV-2. Gráfico: Cortesía/ Zenodo.

Mas pruebas y afirmaciones alarmantes

El estudio también afirma otra prueba del origen “no natural” del COVID-19 sería la presencia de una rara forma de la enzima “furin” que solo existe en el SARS-CoV-2 y está ausente en casi todos los demás tipos de coronavirus.

Adicionalmente, el estudio científico muestra evidencias de otras modificaciones genéticas, presuntamente incorporadas en laboratorio a la versión final del SARS-CoV-2 que le añaden letalidad; resultando en efectos mortales sobre células sanguíneas, entre otras.

El estudio también afirma que, la altísima correspondencia genética entre el SARS-CoV-2 y la cepa de coronavirus de murciélagos ZC45, es solo superada por una variante conocida como ZXC21; la cual se encontraba en estudio por científicos militares en el Instituto de Virología de Wuhan en el año 2018, de acuerdo a publicaciones científicas de la época; donde también se deja constancia de alto grado de avance de China en el estudio de las diferentes especies de coronavirus.

[Fuentes]: ACN | Zenodo | El Clarín | Redes

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