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Diferencias reproductivas entre la Vaca y la Yegua

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Al estudiar el comportamiento reproductivo de una especie se debe tener en consideración algunas pautas fundamentales, por ejemplo conocer como es el ciclo natural de cada especie y para qué es destinada su cría o reproducción.

En esta oportunidad explicaremos algunas diferencias en la parte reproductiva entre dos especies animales, la vaca (bovinos) y la yegua (equinos), los cuales son animales de un alto interés comercial. Por un lado los bovinos son parte de los animales que conforman la ganadería, la cual se encarga de la cría de diferentes especies para proveer alimento a la  humanidad; mientras los equinos tienen una finalidad de producción mayormente deportiva o de entretenimiento, aunque en algunos países se realiza para el consumo humano.

Comparando la anatomía del aparato reproductor el cual en ambas especies está conformada de igual manera, en el sentido de las estructuras que las componen, es decir, anatómicamente cuentan con dos ovarios, dos oviductos, dos cuernos uterinos, un cuerpo uterino, un cérvix, una vagina y la vulva. Sin embargo existen algunas diferencias.

Los ovarios de la yegua tienen un tamaño de 7 a 8 cm de longitud y de 3 a 4 cm de grosor, mientras que en la vaca son de 3.5 a 4 cm de longitud y de unos 2.5 cm de anchura. Otra característica es que los ovarios de la yegua tienen una zona donde se da el proceso de la ovulación, llamado  “Fosa de Ovulación” y en la vaca esto no existe, ya que la ovulación puede darse en diferentes partes del ovario.

Una particularidad que encontramos en la yegua, es que el Cuerpo Lúteo, no puede ser palpable porque son intraováricos, es decir, que se desarrollan dentro del ovario sin sobre salir de la superficie, y en la vaca ésta estructura si se puede palpar. El Cuerpo Lúteo es la estructura que se forma luego de que el folículo expulsa al oocito. En ambas especies el folículo es palpable. En la yegua los ovarios tienen una posición menos móvil que en la vaca.

Cuando se habla de los oviductos, en la vaca son menos flexuosa que en la yegua, y su unión con el cuerno uterino no es tan abrupta como en el equino.

El útero en todas las especies tiene como objetivo proporcionar un ambiente óptimo al embrión y está dividido entre cuello, cuerpo y cuernos, sin embargo al comparar ambos tractos reproductivos podemos encontrar algunas diferencias, en cuanto a los cuernos, se encuentran enteramente en la cavidad abdominal, miden aproximadamente 25cm, midiendo en la vaca unos 35 a 40cm y estos estando en ocasiones y según la edad del animal en la zona pélvica pudiendo estar en la abdominal también, y teniendo una forma de asa espiral, mientras que en la yegua están moderadamente extendido siendo cilíndricos, y sin disminuir tanto el diámetro como en la vaca cuando se une a oviducto o trompas de Falopio.

El cuerpo del útero en las yeguas es de 18 a 20cm de longitud y en las vacas de 3 a 4cm. El cuello uterino o cérvix es la parte que comunica el útero con la vagina, proyectándose en la cavidad vaginal, no es visible exteriormente y en la yegua puede ser más difícil de palpar que en la vaca, aun mas en el estro; en la vaca el cérvix está formado por tres anillos de tejido conectivo, mientras que en la yegua no hay anillos y el cérvix se expande y contrae durante el estro debido a las capas gruesas ricas en fibras elásticas; la extremidad del cérvix que protruye a la vagina está rodeada en ambas especies por un espacio ciego conocido como fornix. El cérvix tiene como función ser barrera para proteger al útero del exterior.

En cuanto a la vagina, que es el espacio que va desde el cuello del útero hasta la vulva, en las vacas es más largo (25 a 30cm), espacioso y con paredes más gruesas que en la yegua, en esta ultima su longitud va de 15 a 20cm.

Luego de la vagina se continúa con el Vestíbulo, en el cual se encuentra en ambos casos el orificio uretral externo. En las vacas la uretra es más estrecha y menos dilatable que en la yegua.

Por último se encuentra la vulva, siendo la parte externa del aparato reproductivo femenino y es la primera barrera externa del tracto ante agentes extraños. La vulva está conformado por dos labios, una comisura dorsal y otra ventral; en la comisura ventral al separar los labios se encontrará una fosa con el clítoris, el cual es homólogo al glande del pene en el macho, éste en la yegua es más prominente que en cualquier otra especie de animal de granja.

El clítoris en la yegua cuenta con tres senos los cuales son tomados en cuenta junto a la fosa para realizar hisopados para cultivos bacteriológicos y así descartar la infección por parte de la bacteria Taylorella Equigenitalis microorganismo causante de la metritis contagiosa equina.

La yegua y la vaca constan de glándulas mamarias conformadas por cuatro cuartos, los cuales en la yegua se agrupan en pares de dos, existiendo dos pezones, los cuales cada uno consta de dos orificios para drena la leche; la glándula mamaria y los pezones son de mucho menos tamaño que en la vaca. En el bovino cada cuarto tiene su propio pezón; las ubres están sujeta por el ligamento suspensorio mamario.

Las descripciones que acabamos de hacer se refiere al útero no grávido, es decir, no gestante.

En la vaca la eyaculación del toro se da en la parte anterior o craneal de la vagina, y en la yegua se da en el cuerpo del útero.

Antes de nombrar el tipo de placenta de cada especie, se debe tener en cuenta su función. Esta membrana tiene como función proteger, realizar el intercambio de nutrientes de la madre al feto, eliminar desechos fetales y sintetizar hormonas y enzimas.

La placenta en la yegua es del tipo Difusa, lo que refiere que toda la superficie del alanto-corion está recubierta de vellosidades y micro vellosidades que se proyectan a las criptas del endometrio; mientras que la placenta de la vaca es de tipo cotiledonario, es decir, que solo unas partes están unidas entre la membrana fetal y el endometrio, formando los placentomas, que se conforman por la carúnculas endometriales junto con los cotiledones fetales.

Sobre el ciclo estral, que se refiere al intervalo de tiempo que hay entre dos estro o celos, considerando los eventos ováricos, endocrinos y de comportamiento que se dan en la hembra de cada especie, para llegar a la ovulación.

Estas dos especies difieren en su tipo de ciclo estral; la yegua es considerada como poliestrica estacional de días largos, lo que significa que puede presentar varios ciclos dependiendo de la estación ambiental. La vaca es del tipo poliestrica continua, es decir, que todo el año debería estar ciclando sin depender de la estación climática en la que se encuentre.

Este ciclo estral está dividido en la vaca en cuatro fases, las cuales son y ocurren en este orden, proestro (3 a 4 días), estro (16 horas promedio), metaestro (2 días, donde ocurre la ovulación) y diestro (15 días). En la yegua ocurren básicamente dos fases, el estro (4 a 7 días, se da la ovulación) y el diestro (13 a 16 días).

El proestro y el estro forman parte de la fase ovárica folicular y el metaestro y diestro a la fase ovárica lútea.

La gestación en la yegua tiene una duración de 335 días y la vaca de 280 días; en promedio pueden variar unos escasos días antes o después de la fecha mencionada.

En la yegua el cuerno uterino donde se desarrolla la gestación puede ser el contrario al ovario donde se dio la ovulación, no así en la vaca que del ovario donde ovula se lleva a cabo la preñez.

Por último, es importante mencionar que la resistencia del bovino es mayor que la de los equinos, en cuanto a poder tolerar alguna patología o al momento de su manipulación. En la yegua se considera una retención de placenta después de 3 horas del parto, la cual es una emergencia clínica, mientras que en la vaca puede tardarse hasta 6 horas en terminar de expulsar la placenta y  luego de ese tiempo ser considerado retención placentaria.

Médico veterinario Eduardo Prado Carroz

Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV). Venezuela.

Agremiado del Colegio de Médicos Veterinarios del estado Zulia, nro 2483

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Referencias bibliográficas

  • Brinsko, S.P., Blanchard, T.L., Varrer, D.D., Schumacher, J., Love C.C., Hirricks, K. and Hartman, D., 2010. Manual of Equine Reproduction. 3rd Edition. Mosby Elsevier, Oxford
  • Sisson, S., Grossman, J., 1959. Anatomía de los Animales Domésticos. 4ta Edición. Salvat,

No dejes de leer: Estimación de ovulación a través del Edema Uterino

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La plaza salvador Montes de Oca en Guaparo fue profanada

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plaza salvador Montes de Oca
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Por: Cora Paez de Topel

Un lugar emblemático de la ciudad, como lo fue desde el día en que en el año 1977 el alcalde Paco Cabrera  inauguró la plaza, enmarcada en los 75 años de la Arquidiócesis de Valencia, con la estatua del ilustrísimo segundo Obispo de Valencia, Monseñor Salvador Montes de Oca, ejecutada por el escultor Antonio Rodriguez del Villar, a manera de honrar la memoria del Obispo mártir, quien está en vías de beatificación por su labor eclesiástica en defensa de la acción episcopal de la iglesia católica.  La plaza ocupa una hectárea de terreno donada por el empresario Rafael Yanez Gordil.

Su nombre ha sido profanado de una manera infame por el gobernador Rafael Lacava, al sustituir la toponimia del lugar  por la del vampiro Drácula, desplazando la estatua para colocarla lejos de su pedestal original, al lado de una placa publicitaria del régimen que él apoya.  A la entrada de la plaza, en las rejas que la cercan, el nombre de Drácula Kids se retrata cerca de la cara sonriente de Lacava y de la foto a color de  Nicolás Maduro, vestido de Superman, lo cual es una bofetada a la ciudadanía valenciana, que esperaba la recuperación de la plaza y la restauración de la estatua por  parte de la  municipalidad.  Ya no es aquella hermosa plaza sombreada por altos árboles, bajo los cuales los ambientalistas caminában para respirar aire puro y ejercitar el cuerpo, viendo el rostro de Monseñor Montes de Oca en la imponente estatua, al tiempo que elevában  una oración al Cielo por su pronta beatificación.

En el año 2022,  una  afrenta sufrimos los valencianos al ver en la entrada de  la plaza en la Avenida Bolívar Norte, el castillo de Drácula abrir las puertas a los visitante acompañados por niños que juegan montados en los aparatos al estilo de los de los parques de atracciones, en varios de los cuales hay que pagar.  Hay puestos de comida registrados bajo la marca comercial Drácula.  Franelas, vasos, gorras, con la figura del vampiro,  están a la venta.

En días pasados la periodista Carolina González, Jefe de Redacción del diario “El Carabobeño”,  cuya edición impresa dejó de publicarse por los altos precios del papel,  lo que dicho sea de paso  no dejamos de lamentar,  escribió el excelente texto   “Valencia Vs Drácula” o La Identidad Perdida de una Ciudad.  Drácula y  Superbigotes son los alter ego de Rafael Lacava y Nicolás Maduro, que intentan borrar los íconos del pasado  propios de la identidad del valenciano, para sustituirlos por los suyos propios de la supuesta revolución del s. XXI, que pretenden perpetuar bajo la sombra oscura del vampiro Drácula.

Con detenimiento he tenido ocasión de leer la biografía del Obispo Montes de Oca, en los cuatro libros que conservo escritos por relevantes historiadores:  Juan Correa,  tituló el redactado  por él:  “Inefable Monseñor”, texto que conmueve el alma por el profundo análisis de la vida del  venerable Prelado.  “Montes de Oca, el Obispo Mártir”, escrito por Ricardo Mandry,  Douglas Morales y Simón Salvatierra, quienes siguen las injusticias de que fue víctima el Sacerdote,  desde la férrea dictadura del general Juan Vicente Gómez, cuando lo desterró en 1929, al oficiar en la misa  del Jueves Santo a favor de los presos políticos que sufrían en las cárceles.    La breve biografía de Monseñor “Camino a los Altares”, escrita por Mons. Baltazar Porras Cardozo es un sentido homenaje a la figura cimera del episcopado patrio del s. XX.  Y el voluminoso texto “Acción Episcopal de Monseñor Salvador Montes de Oca”, escrito por el Presbítero Luis Manuel Díaz, quien es Individuo de Número de la Academia de Historia del estado Carabobo y Director del Archivo Eclesiástico Monseñor Gregorio Adam.  En su destierro ingresó a la Cartuja de Farneta, ofreciendo su vida por la santidad de los sacerdotes.  Murió fusilado por los miembros del ejército nazi el 6 de Septiembre de 1944 en Italia.

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