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Las Ocurrencias y los bandidos

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El porcino bandolero
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César Burguera

@CESARBURGUERA

El porcino bandolero. Aparece la memoria para recordarnos que es un insoslayable deber de los órganos competentes establecer las categóricas sanciones y penas a todos aquellos que conformaron una sofisticada estructura delictiva que, sin rubor alguno, saqueó el erario público municipal durante el periodo 2013 al 2017. Eran los tiempos de los tres funestos Cocchinitos, en ese entonces el alcalde de turno, el otrora pudiente empresario lucia extraviado y se arrodillaba indefenso ante la desproporcionada codicia de los bandoleros Cocchinitos. Las elecciones municipales de aquel 2017 representaron la cruenta culminación del indecente festín o impúdica orgía de toda suerte de irregularidades, corruptelas y desmanes administrativos. Después del desastroso resultado electoral, cargando como un pesado fardo la descomunal derrota, algunos de los elevados malandrines huyeron despavoridamente hacia el exterior  con la intención de eludir el desgarrador escenario de un oscuro calabozo, donde solo serían acompañados por una atormentante soledad y cercados por unos grises barrotes. Pero lo ocurrente es que “El Porcino Mayor”, el aventajado perito del saqueo municipal permaneció en territorio patrio, tal vez imaginando que la impunidad borraría su delictivo paso y hasta llegaba a adquirir, con una minúscula parte del botín, un portal informativo como mediático escudo. Pero “El Porcino Mayor” olvida que ejerció la titularidad del ayuntamiento valenciano por 308 días en el pasado periodo municipal en su condición de alcalde encargado ante las frecuentes ausencias, producto de un válido temor, de Miguel Cocchiola. De allí es que adquiera medular importancia la resolución CMV-DDR-PDR-001-2019 de fecha 26 de julio del 2019 emanado de la Contraloría Municipal de Valencia y donde declara la Responsabilidad Administrativa del ciudadano SANTIAGO ANDRÉS RODRÍGUEZ CASTILLO, titular de la cédula de identidad N° V-7.127.405, en su carácter de ex alcalde encargado del Municipio Valencia. En la demoledora resolución del ente contralor se desprende “Expuesto lo anterior, se evidencia la vinculación entre el ciudadano SANTIAGO ANDRÉS RODRÍGUEZ CASTILLO  y los actos, hechos u omisiones que dieron origen al Procedimiento  para la Determinación de Responsabilidades Administrativas, Penales y Civiles”. “El Porcino Mayor” se tambalea, no logra hallar la conveniente salida, se siente irremediablemente atrapado y surge el arrepentimiento  “Debí escapar a tiempo”. Podríamos decir “Vestía siempre muy correctamente. Era un poco jugador y otro poco ladrón, poseedor de mil mañas de mil astucias, todas encaminadas al poco loable fin de desvalijar al prójimo”.

El bacanal del buchón. Vistiendo correctamente y con la similar e indecente vocación de desvalijar, se presentaba la pasada semana el “Candidato Buchón”, el mismo que obtuviera una importante suma de dinero en extranjera divisa como producto de la venta de un terreno de privilegiada ubicación en el centro de Valencia, que le fuese adjudicado al “Candidato Buchón” cuando ejerciera funciones de avispado edil. Con sus alforjas llenas, el “Candidato Buchón” procedió a celebrar por todo lo alto un nuevo aniversario de vida, su mismísimo cumpleaños. Para tal fin reservó un local ubicado en la zona norte de la ciudad y giró afectuosas invitaciones a su predilecto entorno. Pero tal vez la emoción del evento, la significación de la fecha hizo olvidar al “Candidato Buchón” que el país estaba transitando una semana con el carácter de radical para tratar de hacerle frente a una dramática pandemia. Horas antes este mismo candidato, el de los 3000 votos en diciembre pasado, había colgado en sus redes sociales un estremecedor mensaje donde, en estado de angustia, recomendaba a toda la ciudadanía tomar las diversas medidas de bioseguridad, el tapaboca, el alcohol, el lavado de manos, el distanciamiento social, terminando el aleccionador video con la categórica sentencia “Quédate en casa”. Y llevaba la noche, el reservado local para el convite se exhibía impecablemente decorado y se daba rienda suelta a la celebración. Apretujados y apiñados los invitados danzaban al ritmo de la estridente música, el alcohol y no precisamente el indicado como instrumento preventivo contra el virus, rodaba fluidamente en el reducido espacio. Los exquisitos aperitivos eran engullidos con satisfacción por los animados presentes. “El Candidato Buchón”, atrapado entre la válida exaltación y el efecto etílico llegaba a canturrear “Esta noche amanecemos, amanecemos parrandeando”. Pero faltaba el mejor de los presentes, el más aguardados de los obsequios, y es que el “Candidato Buchón” ordenaba a guardar solemne silencio y es que entraba una video llamada del otrora comandante blindado, del mismísimo Cliver quien le expresaba al “Candidato Buchón” su permanente afecto e invariable cariño “Feliz cumpleañeros compadre, que la providencia le conceda muchos años más, pronto nos veremos para el entrañable abrazo”. Fue sin dudas el instante de mayor e insuperable emoción del evento que fue refrendado por el “Candidato Buchón” al dejar deslizar por su rostro sentidas lágrimas.

La trampa playera de José. En nuestra pasada entrega semanal hicimos referencia a la  estadía en Madrid de aquel diligente mesonero que por desconocidos malabares financieros se ha convertido en importante empresario hotelero. Indicábamos de su súbita vocación, tal vez la única que posea, por querer censurar estas líneas. Ante la aparición de la pasada columna, algunos ávidos lectores nos hicieron llegar algunos inquietantes elementos, datos y recaudos sobre un supuesto ardid financiero promovido por el hotelero, cuyo objetivo fue atraer a incautos e ingenuos inversores a un supuesto proyecto de turismo en la costa del estado Falcón.  Las quejas se multiplican a diario porque los desconcertados financistas no logran encontrar respuestas ante la paralización del emporio turístico. “Tenemos que esperar a José, al otro socio lo agarraron” les repite insistentemente un lisonjero asociado, igualmente en trance de presidio, que se esconde en la cabina de una estación de radio ubicada en un lujoso hotel. Es decir que al hábil tabernero, hoy libando costoso vino en Madrid, ya no solo lo asecharan los fantasmas que le advierten de las ineludibles consecuencias judiciales por sus deshonestas prácticas, sino que se le avecina un verdadero acoso por parte de un tropel de inversores que confiaron ciegamente en la cuestionada capacidad y alicaída ética de José. Y esa es la verdad.

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Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

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Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión
Foto: Cortesía Luciano Rosso
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Don Víctor Julio Coronel Pinto representa la historia viva de municipio Bejuma y por eso ocupa el cargo de cronista de la población desde hace trece años. Gracias a su honestidad; sus principios y su forma de actuar, se ha ganado el respeto de todos los que le conocen.

Con sus 93 años a cuestas, lo encontramos sentado en la mecedora de su casa ubicada en sector Pueblo Nuevo, donde habita con una de sus hijas y su yerno. Víctor Julio nos indicó que nació un 13 de diciembre de 1930, siendo sus padres fueron Ramón Coronel Tortolero y Magdalena Pinto.  Fue el segundo de ese matrimonio, que también engendró a Teresa, Alí, Celina y Tulio, de los cuales sólo quedan, él y Tulio. De su nacimiento, su madre le contó que la partera llegó a las 4 de la madrugada con una lámpara de kerosene debido a la oscuridad y la neblina.

Su primaria la estudió en una escuela ubicada en la casa de la señora Bacalao, donde se sentaba  en una “silleta” hecha de cuero de chivo. Allí estuvo hasta que inauguraron la Escuela Don José Laurencio Silva, la cual estaba ubicada donde ahora es la zapatería de la familia Anka. Allí  estudió hasta cuarto grado que  era  lo que había para la época. “El que salía de la escuela,  o se ponía a trabajar o se iba a Valencia para continuar estudiando”, comentó.

Don Víctor Julio Coronel: La historia viva del municipio Bejuma

En su relato indica que trabajó en el campo con su padre, hasta que puso a laborar en una panadería llamada “La Reina”, de Don Pedro Tortolero. También trabajó en una bodega llamada “La Mano abierta” y en una ferretería que era de Rafael Flores y Francisco Tovar. “A los 19 años me casé con María Carlota Palencia y nos mudamos a Valencia donde trabajé en la Volkswagen; en ACO, en Agrícola Carabobo y en la Mueblería Cara, entre otras empresas.  “Hice un curso de ventas y me puse a trabajar con mi hermano Ramón vendiendo casas y terrenos. Además, tuvimos una venta de cosas usadas”.

Don Víctor Julio Coronel: Historia viva del municipio Bejuma- Agencia Carabobeña de Noticias - Agencia ACN - Opinión

A sus 93 años, aún recuerda la historia local.

Fruto de su matrimonio nacieron: Carlos Julio, Gloria, Marbella y Marlinda.

Cronista desde el 2011

De regreso a Bejuma, trabajó en la rama de bienes y raíces junto con su esposa y estuvo colaborando “ad honorem” en la Alcaldía de Bejuma en los asuntos de historia del municipio. En el año 2006 fallece la cronista Anaminta Ruíz y en el 2011, se llevó a cabo la elección de un nuevo cronista por parte del Concejo Municipal, siendo escogido Víctor Julio Coronel, cargo que hasta hoy ostenta.

En materia de religiosidad, nuestro personaje siempre ha sido devoto de San Rafael Arcángel y un gran colaborador con las labores de la iglesia católica. Relata que ayudó a los padres Ramírez, Belarra, Villanueva, Insiso, Alfredo Rodríguez; y a Monseñor Medardo Bacalao, a quien recuerda como un hombre trabajador y de una conducta intachable.

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Cura herido

A propósito de la iglesia, Víctor Julio, relató que en una oportunidad, el cura le pidió que tocara las campanas; pero cuando estaba en el campanario vio un pajarito montado cerca de un vitral que estaba colgado en el techo. “Yo siempre cargaba una china y me puse a lanzarle una piedra al pajarito con tan mala puntería que le pegué al vitral rompiéndolo en pedazos. Una parte de los vidrios le cayó al padre que estaba orando frente al altar y le hizo una herida en la oreja; afortunadamente leve. Al ver la caída del vitral, alguien grito ¡temblor! y todos salieron corriendo de la iglesia”.

Entierros sin bendición

De la historia de Bejuma, cuenta que la fecha de su fundación había 17 familias provenientes de  Aragón y de Sevilla (España). “En principio pertenecíamos a Nirgua y el lindero era el río de La Mona. Montalbán la fundan el 13 de enero de 1735 y Bejuma era una de sus comunidades. Para  todo debíamos a ir a Montalbán pasando el rio Bejuma y el rio Aguirre. Inclusive los  muertos los enterraban sin la bendición del cura, porque era muy difícil ir a buscarlo. Fue en el año de 1843 se  funda la población que en un principio se llamó Bejuma  de San Rafael”.

De esta manera, nos despedimos de este personaje que publicó el libro “Relatos de Bejuma” y un folleto titulado “Historia de san Rafael”. Como mensaje a los jóvenes, Víctor Julio los emplazó a que estudien y se preparen cada día más. “Que sean respetuosos, honrados y que tengan mucha fe en Dios”, concluyó.

Con información de ACN/HM

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