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Revientan cárceles de mujeres por hambre e insalubridad

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Todo se paga con sexo en cárceles de mujeres en Venezuela

El hacinamiento, falta de alimento y poco acceso a los servicios de salud; aunado a la sobrepoblación del 100% en la única cárcel femenina venezolana (INOF); y tres anexos en Lara, Táchira y Carabobo; ha convertido estas necesidades en instrumentos de manipulación que se paga con sexo; condiciones que ya comenzaron a afectar con la aparición de la curentana.

“Productos básicos como una toalla sanitaria es uno más; de los instrumentos de manipulación por este o algún otro beneficio”;  burlando en todas sus partes las  Reglas de Bangkok aprobadas por la ONU.

La población penitenciaria femenina sufre los embates de la crisis en el  país; bajo el desamparo de las autoridades. Venezuela no cuenta con la infraestructura carcelaria adecuada para mujeres; y además presenta un índice de hacinamiento y falta de políticas públicas; destinadas a garantizar sus derechos.

La violación de derechos humanos en Venezuela tiene varias aristas. Una de ella es la del sistema penitenciario del país;  donde no se garantizan los derechos. El hacinamiento, falta de alimento y poco acceso a los servicios de salud; representan algunos de los problemas que afectan a la población penitenciaria, especialmente a las mujeres que permanecen detenidas.

Los últimos datos de la Comisión Interamericana de Mujeres;  señalan que la población carcelaria de mujeres en el mundo para el año 2014 era de 10%.  En Venezuela el número de reclusas es de 2.526 hasta el año 2019;  lo que representa 6% de la población carcelaria.

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) realizó un foro; en el que abordó la situación de las mujeres en las cárceles venezolanas;  y la inexistencia de políticas públicas con perspectiva de género;  que atienda y garantice los derechos de ellas mientras cumplen su condena.

Beatriz Vento, coordinadora de OVP en el estado Lara;  destacó la necesidad de impulsar políticas públicas con perspectiva de género. Esto porque las necesidades de las mujeres son diferentes a las de los hombres;  y el sistema carcelario en Venezuela está contemplado en su mayoría para una población masculina.

Para la coordinadora de OVP, las mujeres que ingresan a prisión;  son más vulnerables que los hombres. Esto porque en muchos casos existe un núcleo familiar que depende de ellas.

Poca capacidad en centros de reclusión

Venezuela cuenta con una única cárcel diseñada estructuralmente para mujeres; el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) en Los Teques, estado Miranda.  El resto son espacios o anexos acondicionados para la población penitenciaria de mujeres.

En estos centros de reclusión también se observa un índice de hacinamiento; que representa un nivel de riesgo moderado según los estándares internacionales, explica Vento.  Señala que el OVP registró que 48% del hacinamiento de la población carcelaria de Venezuela;  se distribuye en tres espacios de reclusión.

El Instituto Nacional de Orientación Femenina alberga 670 reclusas;  y tiene una capacidad instalada de 350. El anexo femenino María del Carmen Ramírez ubicado en el estado Táchira; tiene una población de 289 mujeres presas y tiene una capacidad de 100 personas. También se encuentra el anexo femenino del Internado Judicial de Carabobo (Tocuyito);  el cual presenta una población de 234 presas con una capacidad de 100.  La sobrepoblación en estos tres espacios es del 100 %, explica Vento.

Las Reglas de Bangkok y el género

En las cárceles venezolanas, al igual que en el resto del mundo; existen normativas internacionales que rigen el correcto manejo de políticas destinadas a la población carcelaria.

El 21 de diciembre del año 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU);  sancionó 70 reglas para el tratamiento de las reclusas;  y medidas no privativas de la libertad para las mujeres que delinquen, conocidas como Reglas de Bangkok. Esta normativa parte de la premisa de que hombres y mujeres no deben recibir un trato igualitario en las cárceles puesto que presentan necesidades diferentes.

Beatriz Vento, coordinadora de OVP en el estado Lara, explicó que estas reglas;  no son aplicadas correctamente en Venezuela;  debido a que el Estado no atiende las necesidades de las mujeres privadas de libertad.

Además de las pocas infraestructuras acondicionadas para mujeres; existen otros problemas como la falta de atención de salud, poco acceso a artículos de higiene personal e inseguridad alimentaria. Durante el foro de OVP, María Corina Muskus, consultora de género y de derechos humanos; explicó que estas carencias se pueden convertir en un factor de manipulación para las mujeres y también las puede hacer víctimas de violencia sexual.

Una toalla sanitaria cambiada por sexo

“Productos básicos como una toalla sanitaria se pueden convertir en un instrumento de manipulación; pueden llegar hasta pagar con sexo por ello o por algún beneficio”, dijo Muskus.

En su intervención, la directora del Observatorio de Prisiones, Carolina Girón; señaló que los hijos de las mujeres privadas de libertad; pasan a vivir con sus madres dentro de los centros penitenciarios. Un hecho que implica un riesgo; dada las carentes condiciones en las infraestructuras para albergar niños; el hacinamiento y la exposición de  los mismos al consumo de estupefacientes dentro de las cárceles.

Las condiciones de vulnerabilidad no son consideradas; a la hora de establecer políticas de Estado que permitan; no solamente establecer medidas adecuadas para las mujeres; sino también a la hora de adoptar decisiones judiciales.  No es tomada en cuenta la perspectiva de género; lo que es necesario que en nuestra legislación y en las capacitaciones que le den al personal de seguridad estén inmersas”, explicó Vento.

La coordinadora coincide en que las 17 infraestructuras adaptadas para la reclusión femenina en el país no están adaptadas a atender las necesidades específicas de género, lo que produce mayor discriminación, precisa. Señala que estas mujeres sufren de discriminación antes de ingresar a prisión, debido a problemas socioeconómicos, falta de capacitación laboral, maltrato físico y psicológico, entre muchos otros factores. Continúan padeciendo esta discriminación tras las rejas.

Destaca que uno de los aspectos que podría influir positivamente en la reinserción de las mujeres privadas de libertad en la sociedad es mantener contacto con sus familiares. Sin embargo, Vento explica que estas mujeres son estigmatizadas y en muchos casos abandonadas por sus parientes cercanos.

Retardo procesal y opacidad de cifras

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) registró que el número de mujeres que se encuentran procesadas es mucho mayor al que posee una pena establecida.

Para el año 2019, había una población carcelaria femenina de 2.526 reclusas. De esa cifra 1.409 mujeres se encontraban en estado de procesadas judiciales, mientras que 1.117 cumplían una pena, lo que refleja un retardo procesal por parte de los tribunales venezolanos.

Mujeres en las cárceles venezolanas

“La opacidad en cifras e información por parte del Estado ha hecho más difícil que la información sea visibilizada y, en el caso de las mujeres, son más fáciles de coaccionar y amedrentar, pues son castigadas si denuncian o protestan”, explicó Carolina Girón, directora de OVP.

Carolina Jiménez, directora de investigación de Amnistía Internacional para las Américas, destacó la falta de cifras del régimen de Nicolás Maduro. “Es difícil hablar de datos en un país donde la política de opacidad es la implementada por el gobierno en políticas de comunicación. Las cifras son importantes para entender la realidad de un país, pero la sociedad civil es quien ha llenado esos vacíos porque el gobierno no aporta datos”, explicó.

Resaltó además que la violación de derechos humanos se ha extendido en Venezuela y se convirtió en una política de Estado que puede ser calificada como  un crímen de lesa humanidad. Destacó que esta situación no puede estudiarse sin la perspectiva de género puesto que se ha invisibilizado el impacto de la crisis humanitaria sobre las mujeres, la misma que también afecta a las cárceles venezolanas.

No podemos pensar que las crisis de derechos humanos son ajenas al género, todo lo contrario”, aseveró.

Las cárceles venezolanas son un reflejo de la crisis socioeconómica del país, mientras que la situación de las mujeres privadas de libertad plasma la realidad de un sistema penitenciario sin políticas que garanticen la protección de las mujeres y el respeto a la dignidad. La violación de derechos humanos en el país tiene muchas facetas que debe estudiarse desde todas las perspectivas, incluso la del género.

La violación de derechos humanos en Venezuela tiene varias aristas. Una de ella es la del sistema penitenciario del país donde no se garantizan los derechos. El hacinamiento, falta de alimento y poco acceso a los servicios de salud, representan algunos de los problemas que afectan a la población penitenciaria, especialmente a las mujeres que permanecen detenidas.

Los últimos datos de la Comisión Interamericana de Mujeres señalan que la población carcelaria de mujeres en el mundo para el año 2014 era de 10%. En Venezuela el número de reclusas es de 2.526 hasta el año 2019 lo que representa 6% de la población carcelaria.

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) realizó un foro en el que abordó la situación de las mujeres en las cárceles venezolanas y la inexistencia de políticas públicas con perspectiva de género que atienda y garantice los derechos de ellas mientras cumplen su condena.

Beatriz Vento, coordinadora de OVP en el estado Lara, destacó la necesidad de impulsar políticas públicas con perspectiva de género. Esto porque las necesidades de las mujeres son diferentes a las de los hombres y el sistema carcelario en Venezuela está contemplado en su mayoría para una población masculina.

Para la coordinadora de OVP, las mujeres que ingresan a prisión son más vulnerables que los hombres. Esto porque en muchos casos existe un núcleo familiar que depende de ellas.

ACN/diarios/redes

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Empleada doméstica hurtó más de 6 mil dólares en su trabajo en Miranda

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Empleada doméstica hurtó más de 6 mil dólares en su trabajo en Miranda-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Sucesos
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Una mujer de nacionalidad colombiana, que tenía 15 días laborando como empleada doméstica en una vivienda, ubicada en el municipio Baruta del estado Miranda; hurtó más de 6 mil dólares de su lugar de trabajo.

La mujer quedó detenida por funcionarios Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en el municipio Cristóbal Rojas de la misma entidad. Esto luego de haber sido denunciada por la víctima, propietaria del inmueble.

La arrestada fue identificada como Mónica Luna, de 57 años de edad, quien sustrajo de la casa varias prendas de valor y dinero en efectivo en dólares. Con el dinero que había hurtado, la quincuagenaria compró una lavadora; un tope de cocina, un aire acondicionado, un televisor, una freidora al aire, una nevera y un ventilador.

 hurtó más de 6 mil dólares en su trabajo

Además, la policía científica recuperó como evidencia del caso más de cinco mil dólares en efectivo; y tres anillos que también había sustraído de la vivienda. El caso quedó a la orden de la Fiscalía 60° del Ministerio Público del Área Metropolitana de Caracas.

 

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Capturan a joven por robar más de mil 500 dólares en Táchira

Funcionarios de la Delegación Municipal La Fría, en el estado Táchira, detuvieron a José Tejada (19), apodado “El Negro”; por perpetrar un hurto de 847 dólares y 3 millones 733 mil pesos colombianos; en un comercio ubicado en la carretera Panamericana de la localidad.

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A través de un análisis fílmico y pesquisas criminalísticas en el sitio del hecho, se pudo conocer que alias “El Negro”; escaló la estructura del establecimiento comercial. Violentó la seguridad del mismo, logrando ingresar y sustraer dinero en efectivo en divisas estadounidenses y colombianas.

Empleada doméstica hurtó más de 6 mil dólares en su trabajo en Miranda-Agencia Carabobeña de Noticias – ACN – Sucesos

Le incautaron dólares y pesos colombianos.

Luego se retiró del sitio e hizo uso del dinero, según lo publicó el director nacional del Cicpc, Douglas Rico en su cuenta de Instagram.  Tras su captura en el sector Bella Vista, se logró recuperar parte del dinero hurtado. Asimismo, un celular, un reloj y varias prendas de vestir. Quedó a la orden del Ministerio Público.

 

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Con información de ACN/NT/prensacicpc

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