A pesar de la actual crisis presupuestaria que viven las casas de estudios, la Universidad Simón Bolívar (USB); “ni se cierra ni se rinde”, según la vicerrectora administrativa encargada, Mariella Azzato.

En este sentido, Azzato señaló que este año solo han recibido recursos para pagar el salario de sus profesores. “Son ya siete meses en los que la USB ha tenido que hacer magia para continuar con sus actividades”.

Por otra parte, desde el 1° de junio no cuentan con el servicio de transporte; del que se beneficia una población universitaria que supera las 10.000 personas.

No hay depósito para investigaciones, materiales y providencias estudiantiles

Detalló, que el gobierno socialista, no ha depositado a la USB lo correspondiente a investigaciones; materiales de laboratorio y providencias estudiantiles, que incluyen los comedores y el transporte.

Explicó, que pensaron que el servicio de transporte, contratado a empresas privadas; iba a ser pagado luego pero no fue así. “La deuda se acumuló desde enero hasta mayo”, aseguró.

Selección de personal medular de la USB

Entre otros aspectos, indicó que “desde junio como medida de emergencia, tras el esquema de contingencia que ya se tenía; se decidió hacer una selección del personal considerado medular para mantener a la universidad en funcionamiento; y a esos son los que transportamos a la universidad”.

Servicio de comedor suspendido

En relación al servicio de comedor, detalló que “los comedores servían platos que contenían 2.200 kilocalorías; los últimos platos se calcularon a 540 kilocalorías”.

Debido a ello, actualmente el servicio está suspendido. “Nuestro trimestre este año tomó el doble de tiempo, estuvieron suspendidas las clases por falta de agua; porque Hidrocapital no nos la envió por 40 días, y luego nos afectaron los apagones”, contó Azzato.

Ante toda la problemática, informó que se designaron comisiones para que antes del próximo trimestre; los profesores tengan una planificación de su materia apoyados por el uso de tecnologías disponibles.

Contra la autonomía universitaria

Aunado a eso, Enrique Planchart, rector de la USB, señaló que en los meses de febrero, marzo y abril, se enviaron cartas al Ministerio de Educación Universitaria.

“El 17 de mayo tuvimos una reunión con el ministro Hugbel Roa en el que se comprometió a adelantar una parte de la deuda; mientras se auditaban los gastos adquiridos con las compañías privadas de transporte; que ellos no querían reconocer desde enero”, comentó.

Aseguró entonces, que después de esa reunión todas los documentos enviados fueron ignoradas. Ante ello, el rector denunció que sin presupuesto universitario; se anula la autonomía universitaria.

Suspensión del servicio de transporte es un golpe bajo

El presidente de la Asociación de Profesores, William Anseume, consideró que la suspensión del servicio de transporte; representa un golpe bajo para la comunidad USB; pues muy pocos de los que van a la universidad cuentan con vehículo propio.

“En transporte público, las dos vías de acceso son limitadas al igual que los autobuses disponibles. Para el este de la ciudad la parada es en Baruta y para el oeste el punto de encuentro es Hoyo de la Puerta. Desde ambos lugares salen camionetas de pasajeros, pero la crisis que azota al país no excluye a los transportistas; y el servicio es insuficiente para la demanda, además de costoso para quien logre abordar estas unidades”, lamentó Anseume.

Flexibilización de asistencia

A causa de todo los antes expuesto, los trabajadores de la USB afirmaron que no les exigen asistencia diaria. Más bien, las autoridades han sido flexibles en relación a los días que sus empleados pueden asistir.

Es el caso de Maribel Hernández, del equipo administrativo y de admisión, quien relató; que tiene tres hijos, que estudian en el Colegio Simón Bolívar; razón por la cual “diariamente debo tomar tres autobuses para llegar; eso significa tener al menos 7.000 bolívares en efectivo”.

Por su parte, José Lira, trabajador de mantenimiento en los espacios de la USB, contó que aunque vive cerca de Baruta; “me sale en al menos 4.000 bolívares diarios, todo en efectivo. Solo vengo dos veces por semana, porque si no es imposible”.

ACN/El Nacional/Fotos: El Nacional

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